Maldita ave negra que dejo a su cría, que lucho contra su destino, contra la tempestad de su medio, una hoja negra se quemo sobre una hoja blanca tapando y borrando el destino de la hoja blanca, la cual quedo en el olvido.
Esa ave negra que el mal eterno lleva en las venas, envenena todo a su paso y deja amarguras por donde va, hoja negra y hoja blanca sus destinos se unieron para olvidar lo que un día escrito estaba en el universo.
Maldita ave negra que prefirió dejar su destino en el olvido para comenzar con uno nuevo, pasando de tristeza a una pena tan amarga como un limón agrio. En la hoja negra había algo escrito con letras tan oscuras como el petróleo y en la hoja blanca había escrito algo tan claro como el agua que al trascurrir por sus caudales se llevo el destino de esas dos hojas.
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